6 sept 2013

Obsesión



No se si llamarte obsesión,
estas clavado en mi sien cómo fuego,
en la comisura de mis labios como ambrosía,
entre las sábanas susurro tu nombre
inconscientemente atrapada por una necesidad creada.

La madrugada me ha traído tu recuerdo

en forma de estrella
y me alumbra los senos desnudos,
el deseo se convirtió en caricias sin forma,
me rendí ante el sueño buscando tu cuerpo.

Ya no estás



Te has ido sin querer,
como todos los días,
me has dejado con la incertidumbre de la noche,
sola con mis pensamientos a oscuras.

Te has escondido detrás del mundo como un cobarde

porque no tienes valor para enfrentarte a ella,
la que te espera blanca y sonriente,
y nunca llegas.

Me he topado con mis mil verdades,

con mi yo más callado, con mis voces más profundas,
y he escuchado melodías sin sonido
que me transportaban a otra tierra.

Y tú ya no estas,

has muerto para mi otra vez
con las primeras estrellas de mis ojos.

Nosotros



Tumbada en la doblez de la noche
espero que llegue Morfeo
con su melodía de sueños rotos,
te busco dentro de las horas oscuras,
tú entiendes mi alma encendida
con letras en el precipicio del mundo,
me has hecho ser nube
y floto en tu madrugada,
llévame a la orilla de tu cuerpo
con un verso sencillo...

No me culpes



No me culpes,
porque anoche te busqué en la necesidad,
encontré un lecho vacío,
un alma llena,
demasiado espacio para respirar.

Me baje del mundo cuando aún daba vueltas

y tropecé en ti,
cerré los ojos y seguí viendo luz,
entonces me abracé a la nada de tu no recuerdo,
y me hice de esperanza para tenerte.

Reflejo



Apagué la luz,
y en mis pensamientos apareciste inevitable
como el paso del tiempo,
te recuerdo aunque no te he vivido aún
como si vinieras conmigo,
a cada paso hay un detalle con tus gestos,
esos que para mi no tienen movimiento.

Una letra que cada mañana me da la sonrisa,

un deseo efímero que no tiene un principio,
cada momento más vivo
sin estar presente.

Me he encontrado sin buscarme,

delante de un espejo
mi reflejo tú,
mi atardecer, mi amanecer,
mis horas con tus horas.

A veces creo que siempre has estado ahí.