Cerrar los puños y callar ,
coger un lápiz de libertad y dibujar el cielo
donde ellos están .
Que más da si Dios o Alá,
hijos de una madre , hermanos de tierra .
No callarán los trazos desdoblados del sufrimiento,
las lineas curvas ensangrentadas
con las que se han manchado las manos.
Un minarete llora una muerte injusta
porque un día fuimos mezquita grande , pueblo grande,
pueblo que no son ellos ,
locos de resentimiento,
venganza en nombre de quién .
Levantar la cabeza y seguir andando
con el corazón en las manos,
unidos por la razón y la voz de una sola fé,
la fé de la paz .