Que más da las vidas vividas,
se nace tantas veces como se ama,
se muere un poco en cada esquina del dolor,
y vagamos sin rumbo por la noche
con los pensamientos baldíos,
una luna más que restar a los ojos.
En cada amanecer una duda imposible
inventada por sueños rotos,
y caemos otra vez en la debilidad
de la locura,
subimos un telón de necesidades,
y nadie nos ve tras las caretas del orgullo,
a veces solo los besos nos quitan la sed.
Y caminar tan lento es llorar sin lágrimas,
nadie nos niega el sufrimiento
cuando el corazón está roto,
y recomponer las piezas en soledad
es caer y levantarse con mil kilos
de sinrazones.
Desear que todo acabe,
y un día al pisar el cielo te das cuenta que nunca estuvimos en el infierno.