de nuestros sueños, de nuestros besos,
se vaciaron los momentos
hacia un mar sin nombre,
y empezamos a ser solo aire,
ese que se lleva los recuerdos
como hojas secas.
Entre una cosa y otra te has hecho pequeño, casi invisible,
y yo ando queriendo borrar
ese resto de ti que queda,
amarrado a mi mente
como una verdad indestructible.
Entre tú y yo
se han quedado las cuentas a cero,
ya no le debo nada a tus ojos,
ya no le debes nada a mis manos,
se cerró la puerta poco a poco
y se quedaron fuera las esperanzas.
Ahora está ese adiós en silencio
que hace tanto ruido en mi cabeza.
Desde que se olvidó el olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario