escondido en las entretelas de mi espacio,
de mi pequeño universo trágico,
y cuando menos te lo esperas, sale,
araña las entrañas, arranca las lágrimas,
se queda el mundo gris, sin sentido.
Tal vez una catarsis tardía,remolona,
arrastrada por las arenas por un carruaje de tristeza;
que fácil llevar la cuenta de las noches impías,
y tragarse la culpabilidad con un vaso de amargura.
Que castigo llevar en los hombros
tanta verdad, tanto valor acumulado,
tanto amor despreciado.
No tuve ni un atisbo de plegaria, ni un gramo de humildad, ni un olvidado te quiero.
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