tú sostienes la red que me salva,
cuando las palabras son sentimientos en un mundo casi de mentira,
donde un abrazo se pinta en una pantalla.
Te encontré con la calma de quien no busca,
sin vernos, sin tocarnos, sin estar,
en la noche venciendo al sueño
y regalando sonrisas al tiempo.
Así que llegas y te sientas en mis días,
me traes la ilusión de este amanecer de cuatro paredes,
te quedas mirándome el corazón desde lejos,
y me llamas con ese amor inexplicable.
Me asomo al balcón por si apareces y traes todos los besos que me debes,
escribo en el libro de un mañana todas tus caricias sin armar,
y en un rincón de mi pecho te hago el hueco
donde se harán realidad nuestros deseos.
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