21 nov 2021

Nunca te rindas

De repente la vida te desnuda, 

te deja sola y a oscuras con una vela sin pabilo, 

el mapa de los días en blanco y un vacio en el estómago, 

como esas mariposas del amor pero sin él. 

Entonces toca levantar la cabeza y sacar el traje de no va a poder conmigo, 

aunque tropieces una y otra vez, pero al final, 

cuando crees que ya te rompes los dientes contra el suelo, 

apoyas las dos manos y te pones en pie. 


No vine a rendirme, 

ni a mojar con mis lágrimas el futuro, 

no vine a dejar los brazos caidos y el alma rota. 

Vine a vivir con todas las ganas, 

a aprender del error y a equivocarme mil veces. 

A dar amor y a recibirlo, 

a renacer como Fénix las veces que haga falta.

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